“Los sorrentinos” de Virginia Higa, Buenos Aires, Sigilo, 2018
Argentino “Chiche” Vespolini es el epicentro de una familia hotelero-gastronómica de Sorrento emigrada a Mar del Plata durante el siglo XX. Es el menor de sus hermanos y el heredero de una receta –la de los famosos sorrentinos- que es sinónimo de la prosperidad del negocio familiar. Pero también de las enemistades intrafamiliares “all’italiana”. Hasta aquí nada poco convencional. Sin embargo, Higa le da varias vuelta de tuerca a los temas tradicionales de la literatura sobre la migración italiana en la Argentina, que, como alguien propuso, parecían agotados.
Aunque la pobreza sobrevuela el imaginario, no resulta de central importancia en la construcción del relato. Como en otras novelas publicadas en los últimos años –pienso, por ejemplo, a los “Amores Calabreses” de Nora Mazziotti-, se advierte en la suya una intención de moverse a contrapelo de los arraigados estereotipos que caracterizan al ser italiano e italiana en la Argentina. Por ejemplo, el analfabetismo cede lugar a la figura de un ítalo-argentino instruido, que domina diversos idiomas, viaja con frecuencia a Europa y posee gustos eclécticos, alimentados acaso por su relativo éxito económico. También se observa el desplazamiento de un pater familias autoritario hacia otro con connotaciones rotundamente innovadoras, muy propias de nuestro tiempo.
Estos elementos dan como resultado un producto interesante desde el punto de vista literario y sociológico. De escritura esmerada, prolija y amena, este libro representa otro ejemplo de un giro en el modo de concebir la italianidad en la Argentina sobre el que vale la pena seguir reflexionando.